—En dos
semanas es la prueba de los primeros tres bloques que hemos estado viendo,
recuerden que el valor de la prueba es de un veinte por ciento de su
calificación final…y también recuerden que sus apuntes y tareas son la base para
que obtengan una buena nota—Harry anunció a sus alumnos con los brazos cruzados
sobre su pecho, observándolos de forma neutra.
— ¿Profesor
Styles?—le llamó una chillona voz al frente, Harry inmediatamente localizo a la
dueña de aquél timbre de voz tan…peculiar. Larga melena rubia y ojos grises
metálicos.
Lexy, quien
estaba, a tres filas de distancia rodó los ojos ante la irritante voz de su
compañera menos apreciada.
—Sí,
Amelia—hizo un ademán con la mano dándole el permiso de proceder.
La rubia
sonrió ampliamente a su apuesto profesor, aclaró su garganta moviendo su
cabello para apartarlo de su hombro.
—Yo creo
que, como matriculados de esta prestigiosa institución le debemos un rotundo
respeto al reglamentado que el prefecto de Mountain Island ha dictado, y como
representante de este curso siento que es mi deber ayudar a que se cumplan
tales reglas y no pasar a nadie por alto.
—Así
es—dijo asintiendo ligeramente con la cabeza.
—Bien, y
una de esas reglas es que, todo el alumnado en general sin excepciones tiene
prohibido usar un accesorio ajeno al uniforme, como otro tipo de vestimenta,
gorras e incluso gafas de sol y quiero creer que usted está de acuerdo conmigo
en que nuestra querida compañera Lexy Vane está rompiendo esa regla y…
Lexy se
puso inmediatamente de pie, girándose para ver a su compañera.
— ¿A ti en
que te afecta? Eres una maldita chismosa—gruñó Lexy provocando que sus
compañeros alrededor emitieran en unísono un “uh”
Harry
inmediatamente frunció el ceño y antes de que pudiese intervenir, Amelia
respondió.
—Me afecta
porque estas desobedeciendo el reglamento de la escuela. Tú crees que puedes
pasar por encima de todos Vane—elevó la voz enojada, quizás demasiado para su
argumento. Lexy carcajeó.
—Siempre
buscas la manera de molestarme sólo porque tu novio babea como perro cuando me
ve. No es mi culpa—dijo poniendo las manos sobre su cintura con confianza única
mirando hacia el chico de cabello rubio alborotado el cual era el novio de
Amelia, el chico sólo bajó la cabeza evitando el contacto visual con cualquiera
de las dos. De nuevo, se escuchó el abucheo de sus compañeros y algunas risas y
comentarios la mayoría apoyando a Lexy.
— ¡Eres una
mentirosa!
— ¿Ah sí?
Si quieres puedo enseñarte en mi teléfono todos los mensajes que me ha enviado Aaron
rogándome que salgamos, estoy segura que puedes identificar su número…incluso
creo que me mandó uno anoche—dijo elevando el teléfono en el aire. Amelia abrió
la boca de sobremanera, sorprendida. La furia irradiaba por sus ojos, la sangre
corría a su cabeza y provocaba el enrojecimiento en su rostro.
— ¡Basta ya
señoritas!—exclamó Harry. —No es el momento ni lugar para discutir sus asuntos
personales, fuera de la escuela pueden hacer lo que se les venga en gana pero
en mi clase no. Ahora tomen asiento—ambas asintieron volviendo a su escritorio—
y lo siento, Vane pero tendrá que quitarse esas gafas, aquí no entra el sol y
Amelia tiene razón, va contra las reglas.
—Pero
profesor—Harry elevó sus cejas mirándola seriamente, Lexy suspiró retirándose
las gafas, resignada, cuando aquellos grandes y cristalinos ojos se exhibieron
en el aula y frente a su profesor, la boca de Harry se abrió sorprendido
mientras un ligero contraste de preocupación e impotencia atravesaba su iris
verde eléctrico.
Sus brazos
se desenlazaron dejándose caer a los costados, sentía sus manos relajarse pero
su mandíbula tensarse al ver el gran círculo color morado tratado de ser
cubierto con maquillaje que estaba alrededor de su ojo izquierdo.
Lexy al
notar la intensa y desconcertada mirada de su maestro y compañeros bajó el
rostro poniendo los ojos en blanco. A Harry se le había hecho un pequeño nudo
en la garganta, ¿Quién demonios le había hecho eso? Le intrigaba y preocupaba,
quizás demasiado.
Tragó
saliva y aclaró su garganta.
—Bien,
continuemos.
La clase
continuó su estado habitual, sin embargo Harry no podía sacarse aquella
cuestión de la cabeza, tenía que preguntarle. Tenía que preguntarle a Lexy
quién o como le habían hecho ese horrible moretón que intervenía en sus
perfectas facciones y bello rostro pero aun así, seguía siendo la chica más
hermosa que Harry había visto.
Al tocar la
campana y con la autorización de Harry comenzaron todos a salir del aula, Harry
metió sus manos en los bolsillos de su pantalón fino y se acercó a Lexy.
— ¿Puedo
hablar con usted señorita Vane?—le murmuró a lo que Lexy sólo asintió metiendo
los libros a su mochila. El profesor Styles regresó sobre sus pasos hasta
llegar a su escritorio y se recargó en él mirando directamente a Lexy aún con
las manos en sus bolsillos y sus pies cruzados.
Lexy cerró
su mochila y la colocó sobre su hombro, levantó la vista hacia su profesor
caminando hacia él, dejando una distancia apropiada entre ambos.
— ¿Qué
sucede profesor?
Harry
levantó una ceja esperando a que el último de sus alumnos saliera.
— ¿Qué le
pasó?
—
¿Qué?—Lexy sabía bien a que se refería pero pensó que sería buena idea fingir
que no lo hacía.
—El golpe,
Vane.
—Oh… ¿Esto?—señaló
su ojo—No es nada profesor, unos niños en el parque estaban jugando béisbol y
pues, la bola me dio. Creo que ya han dejado los ojos morados a todos los
vecinos—fingió una risa al final, tratando de sonar más honesta y casual la
situación, después de todo era lo que le había dicho a su madre y le había
creído.
El ceño
fruncido de Harry se hizo más prominente, pasó una mano por su barbilla
relamiendo sus labios.
— ¿En
serio?— Era imposible que ese golpe fuese por algún accidente, era de puño.
Bien lo sabía Harry, en su adolescencia estuvo involucrado en bastantes peleas,
y podía diferenciar de inmediato aquél golpe. No le creía, no le creía en lo
absoluto y Lexy lo sabía. Asintió. —Sé que no soy de su agrado, Vane mucho
menos su profesor favorito…pero puede confiar en mí, como alumna mía me
preocupa y si está pasando por algún mal momento quizás puedo darle un buen
consejo.
Lexy sonrió
ante la sensibilidad y apoyo de su profesor, realmente no esperaba eso de él.
—Muchas
gracias profesor pero como le dije, no es nada. Tengo que irme, lo veo después
de clases.
Harry asintió
y la vio salir de su aula. Suspiró llevándose una mano al cabello.
—Eres un
estúpido, por supuesto que no te contará nada, no te tiene confianza ni
siquiera le agradas. Sólo te ve como su jodido profesor de Mitología.
No tenía
ningún derecho de reclamar confianza entre su alumna y él, mucho menos plantear
la posibilidad de que lo viera como hombre y no como su profesor, pero al fin y
al cabo, lo anhelaba.
***
La
cafetería estaba abarrotada, una larga fila para recoger el almuerzo, el
resultado de que Lexy se quedara en la mesa con Valery comiendo sólo una
manzana roja, después de todo su apetito no era grande.
—
¿Para qué te quería el profesor, Lex?—pregunto Valery dando un mordisco a su
barra de cereal.
—Sobre
mi golpe—se encogió de hombros—Dijo que podía confiar en él, parecía… no sé,
¿preocupado?
—Yo
también lo estoy, ese idiota de Greg, como me gustaría cortarle el-
—Bien,
bien—rió Lexy interrumpiéndola— Descuida, ya terminamos, no volveré a permitir
que me trate así, ni él ni nadie.
—Eso
espero, ¿Le dijiste al profesor que fue él quien te golpeó?
—Oh
no, le dije lo mismo que a mi madre pero creo que no me creyó…aunque pensándolo
bien quizás si le diga y puedo sacar provecho de ello—sonrió ligeramente.
—
¿A qué te refieres?
—A
que sí le cuento lo que en realidad pasó, me verá vulnerable, sensible y
cualquier persona en esa situación siente la obligación o necesidad de consolar
a la otra persona.
—Ya
veo a dónde vas, al menos ese ojo morado te va a servir para acercarte más al
profesor Styles.
—Exacto,
gracias maldito Greg—sonrió dándole un mordida a su manzana. Ante los ojos de
Valery, o cualquiera se podía pensar que a Lexy no le afectaba en lo más mínimo
lo que Greg le hizo. Estaba aprendiendo a manipular sus sentimientos a su
beneficio y lo estaba logrando.
Al
terminar el almuerzo, todos regresaban a sus casilleros para preparase para la
siguiente clase. Lexy caminaba hacia el suyo sola, Valery se había entretenido
hablando con un chico. Mientras caminaba por el corredor el pequeño círculo de
chicos altos al final del pasillo llamó su atención, frunciendo el ceño y entre
burlas escuchadas, se acercó.
—Vamos,
defiéndete ñoño—carcajeó uno de los chicos. Lexy se puso de puntillas, tratando
de ver entre los chicos.
—
¡Déjenlo!—gritó empujándolos, haciendo que se rompiera el círculo y darse
cuenta que se trataba de Sammy.
—Oh
Vamos, Lex. ¿Vas a defenderlo?—le preguntó aun riendo.
—
¿Qué les ha hecho él, Austin? Son tan inmaduros a veces—se agachó a ayudar a
Sammy, recogiendo los anteojos que estaban en el suelo y se los entregó. — ¿Estás
bien?
—S-sí,
gracias L-Lexy—murmuró apretando sus libros contra su pecho, Lexy le obsequió
una pequeña sonrisa.
—Es
un tonto—murmuró uno y todos rieron.
—Ya
basta, chicos… esto es como bullying—habló de nuevo viéndolos fríamente
provocando otra carcajada en sus compañeros.
—Sólo
estábamos jugando, nena no seas exagerada. Maldición, ¿Estás en tu periodo?—habló
Austin.
Lexy
soltó un suspiro de desesperación mientras ponía los ojos en blanco.
—Estás
en preparatoria y sigues actuando como niño ¿y todavía preguntas porque siempre
rechazo salir contigo? Tengo demasiadas cosas que hacer como para ser niñera de
alguien—los chicos alrededor comenzaron a reír y burlarse.
—Perra—gruñó
por debajo alejándose junto con los demás. Lexy suspiró una vez más, se giró
para ver a Sammy quién la miraba completamente sorprendido.
—
¿Seguro que estás bien?
—Sí…
¿P-porqué me defendiste?
—Porque
son unos idiotas, además tú me dejaste copiar tus respuestas de las preguntas
que había dictado el profesor Styles ¿recuerdas? Te debía una—sonrió.
—B-bueno,
gracias—le sonrió.
—De
nada, tengo que ir a clase. Nos vemos.
***
Como
era costumbre, al terminar las clases Lexy se apresuró para llegar al tocador,
una vez frente al espejo hice una mueca de desaprobación ante el reflejo que
este le otorgaba. ¿Cuánto tardaría en eliminarse por completo de su piel aquél
moretón? Sacudiendo su cabeza tratando de borrar su preocupación. Revisó que su
uniforme estuviera en orden y antes de salir, tomó su perfume de bolsillo y
roció un poco en sí misma.
Al
llegar a la oficina del profesor, la puerta estaba abierta. Extrañada se paró
en el umbral pero no había nadie, quizás fue al sanitario, pensó. Ingresó a la
oficina dejando caer su mochila al lado de sus pies.
Observó
con atención a su alrededor, todo parecía organizado, como si cada cosa tuviera
un lugar especial para ser colocado. Caminó hacia el escritorio, sus dedos
rosaron la madera de roble subiendo hacia el porta lápices que había en la
esquina, sonrió tomando el bolígrafo brillante y demasiado elegante para ser
bolígrafo. Acercó este a sus ojos y leyó las letras grabadas.
Harry
Edward Styles.
Sonrió
ante el nombre completo de su profesor, pasó su pulgar sobre el nombre
sintiendo pequeños bordes, dejó el bolígrafo en su lugar y hojeó los documentos
sobre su escritorio rápidamente pero algo captó su atención, volviendo a
hojearlos. Una fotografía.
La
tomó y miró atentamente a la feliz pareja que parecían ser, largo cabello rubio
y piel dorada, con una enorme sonrisa plasmada en su rostro. Frunció el ceño al
ver como los brazos de Harry la sostenían contra él con fuerza y él parecía tan
feliz.
Era
la rubia que estaba con él en el cine, ella era la razón por la que él llevaba
ese estúpido anillo de promesa en el dedo anular. Una pequeña y desagradable
sensación estrujó sus entrañas mirando a la que podía ser su adversaria. Dejó
la fotografía en su lugar y regresó a su silla, sacó su móvil de la mochila y
cruzó las piernas.
Dos
llamadas perdidas de Greg. Jadeó eliminando y bloqueando su número.
Los
fuertes pasos comenzaron a escucharse por el pasillo, había dejado la puerta
abierta por supuesto y eran bastante fácil percibirles, rápidamente colocó el
teléfono en su oído posicionando su otra mano en la mejilla.
—
¿Cómo pudiste hacerme eso, Greg?—dijo en un tono de dolor, fingiendo hablar con
su ex novio—Me siento como una estúpida, traté de ser la mejor novia para ti
pero jamás me valoraste—Lexy sonrió al sentir a sus espaldas una presencia—
Todos se me quedan viendo y me preguntan qué me pasó, ¿Qué mierda puedo
decirles? ¿Qué mi novio es un maldito cobarde que me golpea? —Lloriqueó— No,
exnovio…hemos terminado.
—Mhm—
Harry se aclaró la garganta para hacerse notar, Lexy fingió sobresaltarse y se
giró para verlo. Tenía su rostro completamente tenso, con ojos bien abiertos y
un entrecejo fruncido.
—Adiós—colgó
y guardó el teléfono, limpiándose las lágrimas que había derramado. —L-lo
siento profesor, no lo vi... lamento que haya tenido que escuchar eso.
Harry
no dijo nada, simplemente entró a su oficina aún impactado por lo que había
escuchado. El maldito hijo de puta de su novio fue quien había hecho ese horrible
golpe en su rostro, ¿Qué hombre en su sano juicio podría lastimar de esa forma
a esta hermosa chica? La rabia lo invadió, si tuviera enfrente al infeliz ya le
hubiese propinado unos cuantos golpes. A pesar de su preocupación y enojo no
pasó por alto que ella había terminado con él y de alguna forma eso provocó un
cosquilleo en su estómago.
—
¿Es…es la primera vez que él le hace esto?—dijo cuando estuvo de pie frente a
ella, Lexy levantó el rostro para mirarlo, sus ojos brillantes y enrojecidos
mirando fijamente hacia él como una pequeña niña perdida apretaron su corazón.
Lexy negó con la cabeza sin dejar de mirarlo y antes de que pudiera saber lo que
estaba pasando ella se había colado entre sus brazos, apretándolo contra su
pequeño cuerpo y sollozando en su pecho. Harry se quedó congelado en su lugar,
pasó tan rápido que apenas podía asimilarlo.
La
tenía a ella, tenía a la chica que estaba en sus sueños cada noche entre sus
brazos, sollozando y abrazándolo con toda sus fuerzas. Sintió su corazón
calentarse de alguna forma y dejó que todas su contradicciones se esfumaran por
unos momentos para dejar sólo al Harry humano, al hombre lleno de deseos, sueños
y necesidades, contestándole el abrazo y cerrando los ojos disfrutando de la
calidez que proporcionaba sus cuerpos enlazados.
Una
de sus manos estaba sobre la espalda de Lexy acariciando suavemente mientras
que la otra la subió su cabeza, agachó su rostro para poder olfatear su
cabello. Inhaló profundamente, dejando que el aroma a cítricos de su champú
viajara por sus fosas nasales hasta llenar sus pulmones para volver a inhalar
otra vez sin lograrse saciar de su aroma.
—Pensé
que me amaba pero…esto no lo hace una persona que te ama, ¿cierto?—levantó su
rostro para ver a Harry y el negó con la cabeza.
—Olvídalo—pasó
su pulgar por su mejilla limpiando las lágrimas— No vale la pena que llores por
ese idiota, eres muy joven y hermosa…encontrarás a alguien mejor.
Lexy
quería sonreír ampliamente, él pensaba que era hermosa. Le miró asombrada sin
decir nada, observando como Harry relamía sus labios lentamente y en ese
momento lo único que podía pensar era en cómo se sentirían aquellos labios
rosados sobre los suyos.
Quería
hacerlo, pero no era el momento. Lexy sacudió su cabeza alejándose de él.
—L-lo
siento, no sé porque lo hice—dijo refiriéndose al abrazo. Harry le sonrió
ligeramente pero no pudo evitar sentirse decepcionado.
—Descuide,
le dije que podía confiar en mí.
***
—Yo…lo
siento, nena—jadeó presionando sus labios contra los de la rubia para después
rodar hacia un lado en la cama.
Kimberly
se incorporó completamente confundida mirándolo, Harry parecía preocupado,
realmente preocupado.
—
¿Qué sucedió?
—Yo
n-no lo sé, jamás me había sucedido—se pasó una mano por su cabello húmedo por
el sudor.
—
¿Es por mí?—le preguntó con dolor, cubriendo su cuerpo desnudo por las sábanas.
—
¿Qué? No, no. Eres hermosa, nena y tu cuerpo es perfecto, sexy…juro que no es
por ti. Es sólo que no estoy de humor, tengo tantas cosas en la cabeza que me
es difícil relajarme.
—
¿Pasa algo malo? Puedes contarme lo que sea, Harry. Soy tu novia.
—Son
sólo…cosas del trabajo— mintió, simplemente no podía dejar de pensar en Lexy y
en aquél abrazo que habían compartido. —Bajaré por un vaso de agua, ¿Quieres
uno?
—No
gracias—apenas murmuró.
—Podemos
intentarlo de nuevo si quieres.
—No,
me dormiré ya…mañana es mi último día en la oficina antes del viaje. Tengo que
llegar temprano. —era imposible no notar el gran tono de decepción en su voz.
—Bien—se
acercó colocando su mano en la mejilla de su novia y presionó dulcemente sus
labios contra los de ella.
—Te
amo—murmuró contra sus labios, Harry le sonrió.
Harry
saltó de la cama para buscar sus bóxers en el suelo, cuando los encontró se los
colocó y bajó rápidamente hacia la cocina. Se sirvió un vaso de agua helada y
en un solo sorbo lo bebió por completo procediendo a llenar el vaso de nuevo.
Tomó
un pequeño sorbo apoyando sus codos contra la barra de la cocina.
¿Qué
demonios había pasado? No pudo alcanzar su clímax mientras le hacía el amor a
Kimberly, ni siquiera estaba duro del todo, maldita sea. ¿Cómo era posible? Kim
era hermosa y tenía un buen cuerpo, sus senos no eran tan grandes pero su
trasero vaya que lo compensaba. Negó con la cabeza, molesto consigo mismo y
terminó de beber.
¿Cómo
era posible? Bueno, lo era cuando Lexy Vane era lo único que su mente
reproducía y su cuerpo necesitaba.
***
Sí leíste, por favor haz clic en "Tweet"
Sí leíste, por favor haz clic en "Tweet"
Me encanto lo estaba esperando con ansias
ResponderEliminarMe Gusto Muchoo el Capitulo!! :3 Gracias por Subir! ;)
ResponderEliminarHola Ferly, síguela por favor!!! La AMOOOOO
ResponderEliminarMe encanta
ResponderEliminarDeberías seguirla 😭❤
ResponderEliminar