jueves, 16 de octubre de 2014

II.

Fascinación. 
Creo que esa era la palabra clave que definía a la audiencia adolescente, en especial en el ámbito femenino que tenía justo en frente el profesor Styles.
Sus jóvenes alumnas y uno que otro alumno también no podían dejar de mirarlo, admirarlo. La forma en que su cuerpo se movía de un lado al otro para explicar los apuntes en la pizarra eran agraciados, perfectos, parecían casi sincronizados. La forma en que sus labios rellenos y rosados pronunciaban las palabras, aquél profundo, grueso y definido acento británico, sus ojos verdes y penetrantes estaban a punto de llevar a sus alumnas al borde del delirio.
Estaban jodidamente fascinadas. 
Cada facción, cada palabra, cada centímetro de aquél hombre de treinta y cuatro años, pero con apariencia mucho más joven, conformaban cada pieza en el rompecabezas del prototipo  que, según los estándares que establecían la mayoría de las mujeres, formaban a la perfección masculina. Cada pieza embonaba perfectamente, creando al hombre más apuesto que aquellos jóvenes y lujuriosos ojos habían visto.
Los hermosos ojos de Lexy Vane. 
Lexy no tenía ni la más remota idea de lo que estaba hablando su profesor, pero aún así, toda su atención la ocupaba él, digamos que ella disfrutaba de la buena vista que tenía.
Lo miraba de arriba abajo, una y otra vez mordiendo su labio inferior, él era impresionante. 
—Bien clase, eso ha sido todo por hoy—dijo el profesor Styles mirando el reloj en su muñeca, tres minutos para que la campana sonara para dar inicio al receso—Recuerden leer la lección dos de su libro, mañana hablaremos sobre el contenido y les haré algunas preguntas con respecto al tema. Pueden salir. 
Harry cerró el libro y lo puso en su escritorio, mientras los alumnos salían del aula, Harry se quitó el saco, arremangó su camisa de vestir color blanca hasta los codos y se sentó, comenzando a revisar sus apuntes. 
Lexy y Valery aún no salían del aula, eran las únicas en el salón además del profesor Styles, Valery frunció el ceño esperando a que Lexy caminara hacia la salida, pero ella estaba perdida. Seguía de pie viendo a su profesor con una pequeña sonrisa mientras abrazaba contra su pecho el libro de Mitología y Leyendas. 
—Lexy—dijo Valery agitando su mano frente al rostro de ella— ¿Nos vamos?
Lexy sacudió la cabeza parpadeando varias veces y se giro hacia su amiga.
—Um, ¿Sabes qué? Adelantate, quiero preguntarle algo al profesor, nos vemos en la cafetería—le sonrió. 
—Claro.
Valery salió por la puerta y Lexy respiró profundamente, comenzando a caminar hacia el escritorio del profesor. Una vez frente a él, Harry no se había percatado de la presencia de su alumna, estaba tan concentrado leyendo.
Así que ella aclaró su garganta. Harry inmediatamente levantó la mirada, frunció levemente el ceño y como respuesta, Lexy arqueó una ceja.
—Señorita Vane, ¿Ocurre algo?—Bien, había recordado su apellido en el primer día.
—Así que usted será el remplazo definitivo de la señorita Heggins...
Harry sonrió, hoyuelos aparecieron.
—Así es, me quedaré este año en Mountain Island—su acento británico era realmente profundo.
—No es de aquí, ¿Cierto?
—No, soy de Inglaterra.
—Lo supuse—se encogió de hombros—Bueno, pues bienvenido a Mountain Island, profesor Styles. Será agradable tenerlo por aquí.—Le obsequió una amplia sonrisa dejando el salón.
Harry sonrió para si mismo, Vane era la primera persona en darle la bienvenida desde que llegó a Mountain Island y eso, de alguna forma, le agradó.

***

—¿Y vieron cuando sonreía? ¡Dios mío! Es que parece como si nos hubiésemos sacado la lotería con el nuevo profesor de Mitología, sin duda desde hoy no falto a ninguna de sus clases aunque no entienda ni una mierda de su materia, podría pasar todo el día escuchándolo hablar con ese sexy acento británico que tiene—exclamó Valery completamente emocionada a las demás chicas mientras almorzaban en la cafetería. Lexy sólo rió rodando los ojos—¿Y tu Lex? No has hablado nada sobre lo caliente que es el profesor Styles.
Lexy negó con la cabeza divertida.
—He visto mejor que él—dijo encogiéndose de hombros. Ella sabía que estaba mintiéndose a si misma por decir eso.
—¿Qué? ¡Lo dudo! Aún sigo sin poder creer que tenga treinta y cuatro, parece más joven aunque no me importaría su edad. Me lo tiraría de todos modos.—todas carcajearon.
—Valery, ¿Tú a quién no te has tirado ya? Creo que al menos el noventa por ciento de los chicos de aquí te la han metido. —dijo burlándose, ellas siempre se llevaban así. Valery la miró frunciendo el ceño.
—Bueno Lexy, al menos yo sigo siendo virgen por atrás—soltó una carcajada junto con las demás de sus amigas y Lexy abrió la boca sorprendida, golpeando el hombro de su amiga.
—¡Valery!
—Ya, sabes que te quiero amiga mía—la abrazó dándole un beso en la mejilla— pero dime, ¿Duele que te den por el culo?
—Jódete Valery.

***

—Joder, ¿Segura que no vendrán tus padres temprano? —jadeó contra sus labios, tomando su trasero para apretarlo. 
—Ya te lo dije Greg, mis papás están trabajando y mi hermana está en su clase de piano.
Lexy lo tomó de la mano y subieron las escaleras hasta llegar a su habitación, una vez ahí, Greg le puso el seguro a la puerta  empujó a Lexy sobre la cama, atacando su cuello, llenándola de húmedos besos, las manos de Lexy eran ágiles mientras desabrochaba el cinturón, después el pantalón rápidamente..
Cuando se trataba de Greg, Lexy era ansiosa, su novio de cabello largo y lleno de tatuajes y perforaciones era completamente excitante. Además que él no era aprobado por sus padres, y si se enteraban que ella lo seguía viendo, la matarían. Eso lo hacía más excitante aún.
Lo prohibido era una clase de imán para Lexy Vane, amaba ese sentimiento de estar haciendo algo incorrecto, algo que de seguro le traería problemas.
De un momento a otro la ropa de ambos estaba por el suelo de la habitación, Greg abrió el empaque con los dientes, sacó el condón y lo deslizó sobre su miembro rígido.
—Espera—dijo Lexy, colocando sus manos en el pecho desnudo de su novio.
—¿Qué sucede?—la miró a los ojos.
—¿Puedes ir más despacio esta vez?—le preguntó mordiendo su labio, Greg frunció el entrecejo.
—¿Por qué? ¿Te lastimo?
—U-un poco, las últimas veces no he llegado, Greg. Sólo tú.
—¿Por qué no me lo dijiste?
—No lo sé, no quería que te enojaras conmigo.
—Nena, no me iba a enojar por algo así.—comenzó a besarla mientras se introducía poco a poco en ella.
Sus caderas se movían despacio, cada vez era más difícil para él mantener el ritmo, quería ir más rápido, más profundo.
Los gemidos de Lexy eran una señal de que él lo estaba haciendo como ella quería.

***

—¿Te gustó hacerlo así?—preguntó Lexy apoyando su barbilla en el pecho tatuado de su novio.
Greg acarició el cabello de Lexy, asintiendo.
—Me encanta, bebé.—le sonrió, si le había gustado pero prefería hacerlo rudo—Lex, de este viernes al otro mi banda tocará en The Hole y quiero que vayas a verme. 
—¡Oh Dios! Eso es genial, Greg—dijo incorporándose para sentarse en la cama—Pero en ese bar sólo dejan entrar a mayores de edad. ¿Cómo entraré?
—Entrarás conmigo nena. Hablaré con el guardia, cuando acabemos podemos ir a mi casa y pasas la noche ahí.
—Me agrada la idea, ya veré que le inventó a mi madre.
—Esa es mi chica.
Ambos comenzaron a besarse, empezando lento, avanzando a lo salvaje. Greg se elevó sobre Lexy sin dejar de besarla, sus manos apretaban ambos senos de la chica provocando que gimiera.
—Hmm, quiero probarte—gimió contra ella. Sus labios recorrieron el cuello de su chica, seguido de sus senos y vientre, cuando estaba en el lugar deseado y apunto de abrir sus piernas para darle placer, algo intervino.
—¡Estoy en casa!—escucharon la voz femenina gritar.
—¡Mierda, es mi mamá!—exclamó Lexy empujándolo y poniéndose de pie rápidamente.
—¿Qué? Dijiste que estaba trabajando.
—Lo sé, lo sé. Debieron darle la salida temprano en el trabajo, vamos vístete—dijo rápidamente caminando por toda la habitación recogiendo su ropa. 
Lexy se vistió rápidamente, se miró al espejo y acomodó su cabello. Tomo el aerosol con aroma a jazmín.
—Huele a sexo aquí—dijo rociando por toda la habitación.
Greg rió terminando de abrochar su pantalón, una vez completamente vestido besó los labios de Lexy.
—Sal por la ventana—susurró su novia.
—Bien, te veo mañana—le sonrió.
—Adiós—Lexy sonrió mientras veía a su novio escabullirse por la ventana. 
Se miró al espejo una vez más y bajó las escaleras, al no ver a su madre en la sala caminó hacia la cocina y ahí estaba. Tomando un vaso de té helado.
—Hey, ma.
—Lexy, pensé que estabas dormida—le sonrió y Lexy se sentó junto a la mesa.
—Lo estaba. ¿Te dieron la salida temprano en el trabajo?
—Así es, hubo un problema con la planta de luz así que nos dieron la salida. ¿Cómo te fue en tu primer día?
—Bien, nada fuera de lo normal. Excepto que hay un nuevo maestro que viene de Londres.
—¿Ah sí? ¿Y qué tal?
—Bien, parece que hace bien su trabajo—se encogió de hombros.
—Esperemos que así sea.
Lexy asintió. Después de unos segundos sonrío para si misma.
No estaba segura si él realmente haría bien su trabajo, pero de lo que si estaba segura es que...la clase de Mitología sería muy entretenida desde ahora.
Demasiado.


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