Lexy arrugó la frente algo confundida ante
tan inesperada pero completamente agradable respuesta. Sonrió mirándolo
extrañada. Harry tragó saliva, miró en todas direcciones completamente
nervioso.
¿Qué mierda había dicho?
— ¿Qué?
—preguntó Lexy con una pequeña risilla reprimida.
—Uh…quiero
decir, perfecto. Su rostro está en perfecto estado—trato de cambiar la
perspectiva de sus palabras, pero había fallado estúpidamente. De todos modos,
ambos aparentaron ignorarlo, pero en su
mente no era así.
El ego de Lexy
había avanzado a un nuevo nivel al escuchar las palabras de su profesor. No
podía negar estar sorprendida de que él dijera algo así... tan rápido. Fue
repentino pero perversamente perfecto.
Con aquella
declaración, Harry había dado luz verde a Lexy para que su seducción diera
marcha. Apenas comenzaba.
Él realmente no
sabía lo que le esperaba. No tenía ni la más mínima idea.
Harry se sentía
estúpido y débil. ¿Cómo dejó que sus pensamientos fueran transmitidos a lo alto
por su voz? Había llevado su fascinación por su alumna un poco lejos. Decir
algo como aquello estaba increíblemente mal, pero se había sentido tan bien.
Pero no
volvería a pasar, tenía que aprender a mantener la maldita boca cerrada.
Ambos se
quedaron en silencio unos cuantos minutos. El teléfono de Harry comenzó a
timbrar, pero él parecía no percatarse. Veía a Lexy con atención.
—Uh, ¿No va a
contestar?—preguntó Lexy al ver que Harry no hacía ni el más mínimo intento por
sacar su teléfono.
—Oh, sí—apenado
sacó de su bolsillo el móvil, miró la pantalla para ver de quien era su llamada
entrante.
Kimberly.
Desde que
comenzó a ver a Lexy ensayar, Kimberly había desaparecido por completo de su
mente. Como si no existiera o como si él fuera completamente inconsciente de su
existencia. Miró a Lexy quien curioseaba con sus dedos su vendaje en el muslo.
Se puso de pie dándole la espalda y contestó, de inmediato escuchó su voz.
—Hola,
Kimberly—murmuró Harry, no tratando de sonar tan fuerte, por alguna razón no
quería que Lexy escuchara.
— ¿Ya saliste
de la escuela?
—No, en media
hora. Tuve que hacer guardia en el gimnasio.
— ¿Todo está
bien? Te escucho extraño—por supuesto que lo había notado.
—Estoy bien,
cariño—le informó y justo en ese momento Lexy levantó el rostro. Harry seguía
dándole la espalda, pero al escuchar el dulce apodo sabía que se trataba de su
¿Novia? Moría por saber. —Sólo estoy algo cansado.
—Aw, me haré
cargo de que te relajes esta noche—le dijo con un tono juguetón.
—Eso sería
perfecto—sonrío ampliamente ante escuchar la voz de su novia de manera
seductora. Sabía que ella lo distraería, eso necesitaba.
Una
distracción.
— ¿Ya has usado
mi regalo?
—Por supuesto.
—Apuesto a que
pensaste en mí todo el día—Harry se quedó en silencio unos segundos, giró su
cabeza un poco mirando por el rabillo del ojo a Lexy. Ella lo seguía mirando,
regresó su vista hacia el frente y tragó saliva soltando por debajo un suspiro
de frustración.
—En nadie más,
nena.
Intercambiaron
unas palabras más y Harry terminó la llamada. Guardando su teléfono de vuelta
en su bolsillo, se giró por completo hacia Lexy, ella lo miraba curiosa pero
decidió no preguntar.
—Creo que me
iré, ya casi no me duele—murmuró Lexy poniéndose de pie.
— ¿Está segura?
¿Puede caminar?—preguntó preocupado.
—Sí—se puso de
pie y dio unos cuantos pasos, el dolor y la tensión habían disminuido
notablemente— ¿Lo ve? Estoy bien, fue algo pasajero. Como usted dijo, por no
calentar el tiempo suficiente.
Harry asintió
cruzando los brazos sobre su pecho, los músculos de sus brazos marcándose, los
bíceps luchando por respirar contra la tela color verde aceituna. Aquella
impecable camisa le quedaba perfectamente ajustada. Lexy no pudo evitar morder
su labio inferior con ansiedad, imaginaba como sería su torso sin aquella
camisa.
— ¿Quiere que
le llame un taxi para que la lleve a casa?—preguntó Harry aún preocupado, no
sabía si la casa de Lexy se encontraba lejos o cerca.
—No, no hace
falta, gracias. Mi novio vendrá por mí—sonrió amablemente. Harry frunció el
ceño nuevamente, Lexy se comenzaba a dar cuenta que quizás, esa era su
expresión natural. Él al haber escuchado la palabra "Novio" sintió
como si le pincharan el cerebro. Un momentáneo dolor de cabeza.
—¿Siempre viene
por usted?—apenas soltó y se regañó a si mismo internamente. ¿Por qué preguntó
eso?
Lexy le miró
extrañada pero decidió contestar de todos modos.
—No. Casi
nunca, es que iremos al cine saliendo de aquí, por eso.
—Ya veo—fue lo
único que dijo y de nuevo, un silencio incómodo hizo presencia.
—Bueno,
profesor. Hasta mañana.
—Hasta mañana,
señorita Vane.
Lexy dejó la
enfermería cojeando un poco, casi no se notaba pero los ojos la siguieron
percatándose, clavados en su cuerpo con el producto de la intensidad que yacía
en sus entrañas y conectaba a sus ojos casi podía sentir sus movimientos en la
piel. La forma en que danzaban sus caderas cuando caminaba, sus curvas en aquél
ajustado uniforme de animadora.
Se sentó por un
rato en la camilla esperando a que lo que fuera que lo hiciera sentir de esta
manera se calmara. ¿Acaso se estaba enfermando? ¿Por qué actuaba de esta forma?
¿Por qué no podía controlarse ante Lexy?
Quería
respuestas pero tenía miedo de encontrarlas, tenía miedo de saberlas.
Sacó una vez
más su teléfono móvil y llamó a Kimberly.
— ¿Harry?
—Hey, nena. Saldré
ya. ¿Qué estás haciendo?—preguntó mientras que con su dedo índice y pulgar
pellizcaba su labio inferior. Un hábito de nerviosismo que estaba en él desde
que tenía memoria.
—Recién he
tomado una ducha. ¿Por qué?
—Me preguntaba
si... ¿Quieres ir al cine?
—Claro. Suena
bien.
—Bien, paso por
ti en veinte minutos.
Harry colgó, su
mano izquierda agitó su cabello pesadamente juzgándose en su mente.
¿Qué coño estás
haciendo idiota?
*
—Sí, palomitas
grandes y dos refrescos— habló Greg a la
chica detrás del mostrador, Lexy le pellizco levemente su brazo el cual estaba
enganchado con en el de ella. Greg puso los ojos en blanco. — Ah sí, uno de los
refrescos que sea dietético.
En pocos
minutos la chica de la dulcería del cine les entrego lo pedido, Greg tomó las
cosas y la chica procedió a decirles el precio.
—Paga tú, yo ya pagué las entradas—murmuró
Greg, tomando una palomita en sus dedos y aventándola a su boca. Lexy puso los ojos en blanco y
sacó de su bolso su billetera y pagó.
— Disfruten su
película— le dijo amablemente la chica.
—Gracias—respondió
de igual forma.
Ambos salieron
dela fila para que las siguientes personas pudieran comprar. Lexy seguía con su
seño ligeramente fruncido, odiaba aquella actitud en Greg. Siempre le hacía
pagar algo, y no era realmente eso, sino que lo decía de una forma grosera. A
ella le hubiese gustado que fuera más caballeroso, pero…así era Greg. Caminaban
lejos de la fila para entrar a la sala hasta que los ojos de Lexy captaron un
rostro conocido entre las multitudes entre las ultimas persona de la fila. Sus
ojos se abrieron de sobremanera y sus labios se entrevieron, que agradable
sorpresa.
—Ven—dijo Lexy tomando la mano de su novio y
caminaron hasta su profesor a un lado de la fila. Lexy observó que él estaba
hablando con una mujer, más alta que ella rubia y guapa, alrededor de la misma
edad que Harry. —Profesor Styles— saludó sonriente, justo en ese momento Harry levanto la mirada y como en otras
ocasiones, el patrón de lo que llamaría “mirar a Lexy Vane” se reproducía.
Cuerpo tieso
estomago inquieto y mente en un sin fin de pensamientos sin sentido.
—Señorita Vane—murmuró. —No esperaba verla por
aquí— dijo Harry algo incómodo. Claro que la esperaba ahí. Después de todo, por eso invito a Kim al
cine, para que de alguna forma viera un poco más a Lexy. La observó bien, llevaba jeans y una blusa color rojo en
tirantes y escotada. La parte superior de sus senos se veían a la perfección.
La blusa se ajustaba a sus curvas perfectamente y color de esta combinaban con
sus labios, resaltando la blanca tez en su piel. Relamió sus labios.
— ¿No recuerda
que le comenté que iba a ir al cine? —sonrió burlona.
—Oh…y-ya
recuerdo. Lo había olvidado—Harry miro hacia otro lado nervioso quería cambiar
de tema. Miró a Kim quien estaba completamente seria. — ella es mi novia,
Kimberly. Kim ella es mi alumna Lexy
Vane y uh…—miró al chico repleto de tatuajes y perforaciones con vestimenta
abundante en negro.
—Él es mi
novio, Greg— continuo la oración por Harry. Harry sacó su mano del bolsillo
para poder estrecharla contra la del muchacho como un gesto cortés, pero
anuló la acción de inmediato al ver que
el joven no tenía ni la más mínima intención de imitar el gesto.
— ¿Qué hay?
—saludó Greg haciendo una seña con la cabeza.
Harry sonrió
incómodamente. La atmósfera lo era.
—Entonces… ¿En
qué sala es su película? —Lexy rompió el silencio.
Harry balbuceó.
Kim frunció el ceño.
—En la
siete—respondió fría.
— ¿Enserio? ¡Nosotros también! —Exclamó
animada—Que coincidencia.
—Vámonos, nena.
Van a ganar los buenos asientos— se quejó Greg, tomándola de la cintura. Había
percatado la intensa mirada de Harry sobre los pechos de su novia y no le
agradó en lo absoluto. Antes de que Lexy pudiera responder Greg la alejó
rápidamente de ahí, jalándola del brazo.
—Auch,
despacio—se quejó Lexy.
— Que idiota de
mierda—escupió Greg.
— ¿El profesor
Styles?
—Sí, ¡El puto
profesor Styles! Maldito viejo pervertido. ¿Viste cómo te veía las tetas? No
golpeé su jodido rostro porque me podían sacar del cine pero putas ganas no me faltaron—dijo
casi gritando.
—Ni si quiera
se ve viejo—murmuró Lexy.
— ¿Me estás
jodiendo Lex? — La miró furioso, apretando su brazo con más fuerza y le valía
una mierda si lo estuviesen observando—Te estoy diciendo todo esto ¿y sólo
dices ni siquiera se ve viejo? —imitó
una voz aguda—Eres una maldita zorra.
— ¿Qué? estás
loco.
—Si claro,
ahora el loco soy yo. Entremos antes de que empiece la jodida película—la
empujó dentro de la sala y Lexy le regresó el golpe.
Por su parte,
Harry le había desconcertado la forma en la que el novio de Lexy se la había llevado.
Casi obligándola, agresivo sin ningún motivo o al menos eso creía él.
Su mente aún tenía
grabada la imagen de Lexy y sus preciosos senos, no podía evitarlo.
— ¿Ella es tu
alumna? — le preguntó Kim en un tono de desagrado tratando de dominar su
atención.
— Uh...Sí, ¿Por
qué?
— Es hermosa —murmuró sin intento de que fuese
un cumplido o que sonara con apreciación—En serio, demasiado. — se cruzó de
brazos, Harry frunció el ceño y notó todo. Kim estaba celosa.
— ¿De verdad? Ni
siquiera me había dado cuenta— se encogió de hombros.
—Aja, por
favor, Harry —dijo sarcástica. En serio estaba celosa.
— Lo juro, nena
es que no tengo ojos para nadie más—pasó su brazo por los hombros de ella y la
atrajo hacia él, plantando un beso en sus labios— ¿Estás celosa?
—Cualquier
mujer que supiera que una chica como ella está cerca de su hombre se pondría
celosa—argumento algo seria pero cuando los labios de Harry la atacaron no pudo
evitar esconder su sonrisa.
—Pues tu no,
soy tuyo. Lo sabes. No me interesa nadie más—murmuró, sabía que no era así y
se sentía culpable al respeto. Claro que
le interesaba alguien más y no sólo un interés de atracción simple y
momentánea.
Su
interés estaba centrado en una persona, y esa era Lexy Vane.
Que no
lo quisiera admitir, ese ya era otro asunto.
A medida que la
película avanzaba Harry no podía quitar la mirada de Lexy y es que él, a
propósito eligió los asientos justo detrás de ellos. No podía evitarlo, eran
impulsos que no le dejaban pensar con claridad.
Una de sus
manos estaba entrelazada con la de Kimberly y la otra reposando en su barbilla
mientras masajeaba esta inquietantemente mirando como el chico tatuado besaba
los irresistibles labios de Lexy a cada oportunidad que tenía, como su brazo
estaba recargado en los hombro de ella y sus dedos acariciaban su piel en todo
momento.
No lo culpaba,
por unos minutos Harry había experimentado la sensación de tocar la piel de
Lexy esta tarde en la enfermería y fue la sensación más increíblemente
experimentada por su sentido del tacto. Era blanca y suave como algodón y
delicada como porcelana fina. Moriría por tocarla de nuevo.
Ni siquiera
sabía de qué trataba aquella película, la única escena presente en él era Lexy,
ni siquiera prestaba atención a Kimberly.
Harry relamía
sus labios constantemente, se cruzaba de piernas y a los dos minutos cambiaba
de posición estaba ansioso, nervioso y… celoso. Quería aventar a Greg lejos de
Lexy y ponerse en su lugar.
Como
desearía quitar a ese idiota del camino.
Al terminar la
película no hubo palabras, ni siquiera contacto visual con Lexy, de todas
maneras era mejor. No quería que Kimberly se enfadara.
Al llegar a su
casa, Kimberly prácticamente saltó sobre Harry besándolo con pasión, con afán
de llenar todos sus pensamientos sobre ambos. Harry le contestaba de la misma
manera, y con pasos desiguales logró subir hasta su habitación y una vez que la
tendió sobre su cama, en cuestión de minutos la desnudó llevándose su ropa con
la de él.
Haciendo el
amor de forma salvaje, ansiosa. La mordía, la marcaba y se introducía en ella
de forma autentica y llena de fuerza insaciable.
Era la única
forma de que su mente se nublara para que Lexy Vane fuera ya una imagen difusa
en su mente, casi invisible. Al menos por un rato.
—Te estoy comenzando a querer, Harry— murmuró
Kimberly, mientras arrastraba las sabanas a su cuerpo desnudo y descansaba su
cabeza en el pecho sudoroso y desnudo de Harry.
Después de
minutos, no volvió a escuchar su voz y pensó que quizás ya estaba dormida, la
movió ligeramente y comprobó que en efecto, estaba plácidamente dormida.
Con delicadeza
y sin emitir ruido alguno la alejó
clocando su cabeza en las almohadas, Harry se puso de pie y tomo sus
boxers para ponérselos. Bajó hacia la cocina por un vaso de agua, aquel sexo
había sido increíble y agotador.
Al terminar de
ingerir dos vasos llenos de agua helada una pequeña idea cruzo su mente.
Caminó hacia su estudio y cerró las puertas tras de sí, se sentó
frente a su escritorio y abrió su notebook. Espero uno segundos y abrió el
explorador. Tecleó la dirección de Facebook y su inicio salió de inmediato. En
la sección de buscar amigos tecleó
aquél nombre que lo estaba
atormentando.
Lexy
Vane.
En los resultados pudo diferenciar a la que él
estaba buscando. Dio clic sobre el nombre y apareció de inmediato el perfil de
Lexy.
Frunció el
ceño a La primera imagen que captaron sus ojos, la
portada. Era una foto de Lexy con el chico tatuado detrás de ella. Su brazo
rodeaba el cuello de ella presionada hacia atrás, el rostro de Lexy estaba en
dirección al de él dándose un beso y con la otra mano, el chico hacia la forma
de una pistola apuntada a la cabeza de Lexy.
La foto perfil
era Lexy sonriente, con grandes ojos azules y como siempre hermosa.
Sus ojos
siguieron viendo todo con atención.
Vive en Nueva
York.
Estudió en
Mountain Island School.
Su siguiente clic fue en “álbumes” los cuales
no estaban protegidos, Harry inmediatamente comenzó a leer los títulos y uno
llamo su atención en específico.
“Vacaciones
con Greg”
En cuanto
comenzó a ver las fotos no podía evitar sentir aquella sensación en el
estomagó, ahí estaba ella, en un precioso bikini color amarillo brillante.
Tenía un cuerpo tan perfecto, tan precioso y sensual. Aunque el álbum decía
Greg, la mayoría eran fotos de Lexy y mientras la veía en aquel bikini y poses
sensuales mirando directamente hacia la cámara, sentía que lo estaba mirando a
él. A nadie más. Que aquellas sonrisas. Aquellas miradas coquetas y poses de
diosa eran dirigidas para él. Querían que fueran para él.
Aquellos besos
que a aventaba hacia la cámara, los quería recibir él
Entonces empezó
a notarlo. Su miembro cada vez más y más duro. No podía evitarlo. Estaba
teniendo una jodida erección viendo simplemente sus fotos.
Cerró la
notebook de golpe y se dejó caer la espalda en respaldo de la silla, echando su
cabeza hacia atrás y masajeando su cabeza desesperadamente despeinando aún más
el enredo en su cabello.
— ¿Qué mierda
está pasando conmigo?
***
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No me importa si es en wattpad o aquí o en disneylatino...Eres la mejor y te seguiré leyendo (; SOY TU FAN.
ResponderEliminarPD:Muero con el profe Styles.
Como diría Gossip Girl: xoxo!!!
Cada cuanto tiempo subirás capítulos??
ResponderEliminarAmo tu novela *-*