jueves, 16 de octubre de 2014

X.


Lexy arrugó la frente algo confundida ante tan inesperada pero completamente agradable respuesta. Sonrió mirándolo extrañada. Harry tragó saliva, miró en todas direcciones completamente nervioso.
¿Qué mierda había dicho?
— ¿Qué? —preguntó Lexy con una pequeña risilla reprimida.
—Uh…quiero decir, perfecto. Su rostro está en perfecto estado—trato de cambiar la perspectiva de sus palabras, pero había fallado estúpidamente. De todos modos, ambos aparentaron  ignorarlo, pero en su mente no era así.
El ego de Lexy había avanzado a un nuevo nivel al escuchar las palabras de su profesor. No podía negar estar sorprendida de que él dijera algo así... tan rápido. Fue repentino pero perversamente perfecto.
Con aquella declaración, Harry había dado luz verde a Lexy para que su seducción diera marcha. Apenas comenzaba.
Él realmente no sabía lo que le esperaba. No tenía ni la más mínima idea.
Harry se sentía estúpido y débil. ¿Cómo dejó que sus pensamientos fueran transmitidos a lo alto por su voz? Había llevado su fascinación por su alumna un poco lejos. Decir algo como aquello estaba increíblemente mal, pero se había sentido tan bien.
Pero no volvería a pasar, tenía que aprender a mantener la maldita boca cerrada.
Ambos se quedaron en silencio unos cuantos minutos. El teléfono de Harry comenzó a timbrar, pero él parecía no percatarse. Veía a Lexy con atención.
—Uh, ¿No va a contestar?—preguntó Lexy al ver que Harry no hacía ni el más mínimo intento por sacar su teléfono.
—Oh, sí—apenado sacó de su bolsillo el móvil, miró la pantalla para ver de quien era su llamada entrante.
Kimberly.
Desde que comenzó a ver a Lexy ensayar, Kimberly había desaparecido por completo de su mente. Como si no existiera o como si él fuera completamente inconsciente de su existencia. Miró a Lexy quien curioseaba con sus dedos su vendaje en el muslo. Se puso de pie dándole la espalda y contestó, de inmediato escuchó su voz.
—Hola, Kimberly—murmuró Harry, no tratando de sonar tan fuerte, por alguna razón no quería que Lexy escuchara.
— ¿Ya saliste de la escuela?
—No, en media hora. Tuve que hacer guardia en el gimnasio.
— ¿Todo está bien? Te escucho extraño—por supuesto que lo había notado.
—Estoy bien, cariño—le informó y justo en ese momento Lexy levantó el rostro. Harry seguía dándole la espalda, pero al escuchar el dulce apodo sabía que se trataba de su ¿Novia? Moría por saber. —Sólo estoy algo cansado.
—Aw, me haré cargo de que te relajes esta noche—le dijo con un tono juguetón.
—Eso sería perfecto—sonrío ampliamente ante escuchar la voz de su novia de manera seductora. Sabía que ella lo distraería, eso necesitaba.
Una distracción.
— ¿Ya has usado mi regalo?
—Por supuesto.
—Apuesto a que pensaste en mí todo el día—Harry se quedó en silencio unos segundos, giró su cabeza un poco mirando por el rabillo del ojo a Lexy. Ella lo seguía mirando, regresó su vista hacia el frente y tragó saliva soltando por debajo un suspiro de frustración.
—En nadie más, nena.
Intercambiaron unas palabras más y Harry terminó la llamada. Guardando su teléfono de vuelta en su bolsillo, se giró por completo hacia Lexy, ella lo miraba curiosa pero decidió no preguntar.
—Creo que me iré, ya casi no me duele—murmuró Lexy poniéndose de pie.
— ¿Está segura? ¿Puede caminar?—preguntó preocupado.
—Sí—se puso de pie y dio unos cuantos pasos, el dolor y la tensión habían disminuido notablemente— ¿Lo ve? Estoy bien, fue algo pasajero. Como usted dijo, por no calentar el tiempo suficiente.
Harry asintió cruzando los brazos sobre su pecho, los músculos de sus brazos marcándose, los bíceps luchando por respirar contra la tela color verde aceituna. Aquella impecable camisa le quedaba perfectamente ajustada. Lexy no pudo evitar morder su labio inferior con ansiedad, imaginaba como sería su torso sin aquella camisa.
— ¿Quiere que le llame un taxi para que la lleve a casa?—preguntó Harry aún preocupado, no sabía si la casa de Lexy se encontraba lejos o cerca.
—No, no hace falta, gracias. Mi novio vendrá por mí—sonrió amablemente. Harry frunció el ceño nuevamente, Lexy se comenzaba a dar cuenta que quizás, esa era su expresión natural. Él al haber escuchado la palabra "Novio" sintió como si le pincharan el cerebro. Un momentáneo dolor de cabeza.
—¿Siempre viene por usted?—apenas soltó y se regañó a si mismo internamente. ¿Por qué preguntó eso?
Lexy le miró extrañada pero decidió contestar de todos modos.
—No. Casi nunca, es que iremos al cine saliendo de aquí, por eso.
—Ya veo—fue lo único que dijo y de nuevo, un silencio incómodo hizo presencia.
—Bueno, profesor. Hasta mañana.
—Hasta mañana, señorita Vane.
Lexy dejó la enfermería cojeando un poco, casi no se notaba pero los ojos la siguieron percatándose, clavados en su cuerpo con el producto de la intensidad que yacía en sus entrañas y conectaba a sus ojos casi podía sentir sus movimientos en la piel. La forma en que danzaban sus caderas cuando caminaba, sus curvas en aquél ajustado uniforme de animadora.
Se sentó por un rato en la camilla esperando a que lo que fuera que lo hiciera sentir de esta manera se calmara. ¿Acaso se estaba enfermando? ¿Por qué actuaba de esta forma? ¿Por qué no podía controlarse ante Lexy?
Quería respuestas pero tenía miedo de encontrarlas, tenía miedo de saberlas.
Sacó una vez más su teléfono móvil y llamó a Kimberly.
— ¿Harry?
—Hey, nena. Saldré ya. ¿Qué estás haciendo?—preguntó mientras que con su dedo índice y pulgar pellizcaba su labio inferior. Un hábito de nerviosismo que estaba en él desde que tenía memoria.
—Recién he tomado una ducha. ¿Por qué?
—Me preguntaba si... ¿Quieres ir al cine?
—Claro. Suena bien.
—Bien, paso por ti en veinte minutos.
Harry colgó, su mano izquierda agitó su cabello pesadamente juzgándose en su mente.
¿Qué coño estás haciendo idiota?

*
—Sí, palomitas grandes y dos refrescos— habló Greg  a la chica detrás del mostrador, Lexy le pellizco levemente su brazo el cual estaba enganchado con en el de ella. Greg puso los ojos en blanco. — Ah sí, uno de los refrescos que sea dietético.
En pocos minutos la chica de la dulcería del cine les entrego lo pedido, Greg tomó las cosas y la chica procedió a decirles el precio.
 —Paga tú, yo ya pagué las entradas—murmuró Greg, tomando una palomita en sus dedos y aventándola  a su boca. Lexy puso los ojos en blanco y sacó de su bolso su billetera y pagó.
— Disfruten su película— le dijo amablemente la chica.
—Gracias—respondió de igual forma.
Ambos salieron dela fila para que las siguientes personas pudieran comprar. Lexy seguía con su seño ligeramente fruncido, odiaba aquella actitud en Greg. Siempre le hacía pagar algo, y no era realmente eso, sino que lo decía de una forma grosera. A ella le hubiese gustado que fuera más caballeroso, pero…así era Greg. Caminaban lejos de la fila para entrar a la sala hasta que los ojos de Lexy captaron un rostro conocido entre las multitudes entre las ultimas persona de la fila. Sus ojos se abrieron de sobremanera y sus labios se entrevieron, que agradable sorpresa.
 —Ven—dijo Lexy tomando la mano de su novio y caminaron hasta su profesor a un lado de la fila. Lexy observó que él estaba hablando con una mujer, más alta que ella rubia y guapa, alrededor de la misma edad que Harry. —Profesor Styles— saludó sonriente, justo en ese momento  Harry levanto la mirada y como en otras ocasiones, el patrón de lo que llamaría mirar a Lexy Vane” se reproducía.
Cuerpo tieso estomago inquieto y mente en un sin fin de pensamientos sin sentido.
 —Señorita Vane—murmuró. —No esperaba verla por aquí— dijo Harry algo incómodo. Claro que la esperaba  ahí. Después de todo, por eso invito a Kim al cine, para que de alguna forma viera un poco más a Lexy. La observó bien,  llevaba jeans y una blusa color rojo en tirantes y escotada. La parte superior de sus senos se veían a la perfección. La blusa se ajustaba a sus curvas perfectamente y color de esta combinaban con sus labios, resaltando la blanca tez en su piel. Relamió sus labios.  
— ¿No recuerda que le comenté que iba a ir al cine? —sonrió burlona.
—Oh…y-ya recuerdo. Lo había olvidado—Harry miro hacia otro lado nervioso quería cambiar de tema. Miró a Kim quien estaba completamente seria. — ella es mi novia, Kimberly.  Kim ella es mi alumna Lexy Vane y uh…—miró al chico repleto de tatuajes y perforaciones con vestimenta abundante en negro.
—Él es mi novio, Greg— continuo la oración por Harry. Harry sacó su mano del bolsillo para poder estrecharla contra la del muchacho como un gesto cortés, pero anuló  la acción de inmediato al ver que el joven no tenía ni la más mínima intención de imitar el gesto. 
— ¿Qué hay? —saludó Greg haciendo una seña con la cabeza.
Harry sonrió incómodamente. La atmósfera lo era.
—Entonces… ¿En qué sala es su película? —Lexy rompió el silencio.
Harry balbuceó. Kim frunció el ceño.
—En la siete—respondió fría.
 — ¿Enserio? ¡Nosotros también! —Exclamó animada—Que coincidencia.
—Vámonos, nena. Van a ganar los buenos asientos— se quejó Greg, tomándola de la cintura. Había percatado la intensa mirada de Harry sobre los pechos de su novia y no le agradó en lo absoluto. Antes de que Lexy pudiera responder Greg la alejó rápidamente de ahí, jalándola del brazo.
—Auch, despacio—se quejó Lexy.
— Que idiota de mierda—escupió Greg.
— ¿El profesor Styles?
—Sí, ¡El puto profesor Styles! Maldito viejo pervertido. ¿Viste cómo te veía las tetas? No golpeé su jodido rostro porque me podían sacar del  cine pero putas ganas no me faltaron—dijo casi gritando.
—Ni si quiera se ve viejo—murmuró Lexy.
— ¿Me estás jodiendo Lex? — La miró furioso, apretando su brazo con más fuerza y le valía una mierda si lo estuviesen observando—Te estoy diciendo todo esto ¿y sólo dices ni siquiera se ve viejo?  —imitó una voz aguda—Eres una maldita zorra.
— ¿Qué? estás loco.
—Si claro, ahora el loco soy yo. Entremos antes de que empiece la jodida película—la empujó dentro de la sala y Lexy le regresó el golpe.
Por su parte, Harry le había desconcertado la forma en la que el novio de Lexy se la había llevado. Casi obligándola, agresivo sin ningún motivo o al menos eso creía él.
Su mente aún tenía grabada la imagen de Lexy y sus preciosos senos, no podía evitarlo.
— ¿Ella es tu alumna? — le preguntó Kim en un tono de desagrado tratando de dominar su atención.
— Uh...Sí, ¿Por qué?
 — Es hermosa —murmuró sin intento de que fuese un cumplido o que sonara con apreciación—En serio, demasiado. — se cruzó de brazos, Harry frunció el ceño y notó todo. Kim estaba celosa.
— ¿De verdad? Ni siquiera me había dado cuenta— se encogió de hombros.
—Aja, por favor, Harry —dijo sarcástica. En serio estaba celosa.
— Lo juro, nena es que no tengo ojos para nadie más—pasó su brazo por los hombros de ella y la atrajo hacia él, plantando un beso en sus labios— ¿Estás celosa?
—Cualquier mujer que supiera que una chica como ella está cerca de su hombre se pondría celosa—argumento algo seria pero cuando los labios de Harry la atacaron no pudo evitar esconder su sonrisa.
—Pues tu no, soy tuyo. Lo sabes. No me interesa nadie más—murmuró, sabía que no era así y se  sentía culpable al respeto. Claro que le interesaba alguien más y no sólo un interés de atracción simple y momentánea.
Su interés estaba centrado en una persona, y esa era Lexy Vane.
Que no lo quisiera admitir, ese ya era otro asunto.

A medida que la película avanzaba Harry no podía quitar la mirada de Lexy y es que él, a propósito eligió los asientos justo detrás de ellos. No podía evitarlo, eran impulsos que no le dejaban pensar con claridad.
Una de sus manos estaba entrelazada con la de Kimberly y la otra reposando en su barbilla mientras masajeaba esta inquietantemente mirando como el chico tatuado besaba los irresistibles labios de Lexy a cada oportunidad que tenía, como su brazo estaba recargado en los hombro de ella y sus dedos acariciaban su piel en todo momento.
No lo culpaba, por unos minutos Harry había experimentado la sensación de tocar la piel de Lexy esta tarde en la enfermería y fue la sensación más increíblemente experimentada por su sentido del tacto. Era blanca y suave como algodón y delicada como porcelana fina. Moriría por tocarla de nuevo. 
Ni siquiera sabía de qué trataba aquella película, la única escena presente en él era Lexy, ni siquiera prestaba atención a Kimberly.
Harry relamía sus labios constantemente, se cruzaba de piernas y a los dos minutos cambiaba de posición estaba ansioso, nervioso y… celoso. Quería aventar a Greg lejos de Lexy y ponerse en su lugar.
Como desearía quitar a ese idiota del camino.
Al terminar la película no hubo palabras, ni siquiera contacto visual con Lexy, de todas maneras era mejor. No quería que Kimberly se enfadara.
Al llegar a su casa, Kimberly prácticamente saltó sobre Harry besándolo con pasión, con afán de llenar todos sus pensamientos sobre ambos. Harry le contestaba de la misma manera, y con pasos desiguales logró subir hasta su habitación y una vez que la tendió sobre su cama, en cuestión de minutos la desnudó llevándose su ropa con la de él.
Haciendo el amor de forma salvaje, ansiosa. La mordía, la marcaba y se introducía en ella de forma autentica y llena de fuerza insaciable.
Era la única forma de que su mente se nublara para que Lexy Vane fuera ya una imagen difusa en su mente, casi invisible. Al menos por un rato.
 —Te estoy comenzando a querer, Harry— murmuró Kimberly, mientras arrastraba las sabanas a su cuerpo desnudo y descansaba su cabeza en el pecho sudoroso y desnudo de Harry.
Después de minutos, no volvió a escuchar su voz y pensó que quizás ya estaba dormida, la movió ligeramente y comprobó que en efecto, estaba plácidamente dormida.
Con delicadeza y sin emitir ruido alguno la alejó  clocando su cabeza en las almohadas, Harry se puso de pie y tomo sus boxers para ponérselos. Bajó hacia la cocina por un vaso de agua, aquel sexo había sido increíble y agotador.
Al terminar de ingerir dos vasos llenos de agua helada una pequeña idea cruzo su mente.
Caminó   hacia su estudio  y cerró las puertas tras de sí, se sentó frente a su escritorio y abrió su notebook. Espero uno segundos y abrió el explorador. Tecleó la dirección de Facebook y su inicio salió de inmediato. En la sección de buscar amigos tecleó  aquél  nombre que lo estaba atormentando.
Lexy Vane.
En los  resultados pudo diferenciar a la que él estaba buscando. Dio clic sobre el nombre y apareció de inmediato el perfil de Lexy.
Frunció el ceño  a La  primera imagen que captaron sus ojos, la portada. Era una foto de Lexy con el chico tatuado detrás de ella. Su brazo rodeaba el cuello de ella presionada hacia atrás, el rostro de Lexy estaba en dirección al de él dándose un beso y con la otra mano, el chico hacia la forma de una pistola apuntada a la cabeza de Lexy.
La foto perfil era Lexy sonriente, con grandes ojos azules y como siempre hermosa.
Sus ojos siguieron viendo todo con atención.

Vive en Nueva York.
Estudió en Mountain Island School.

 Su siguiente clic fue en “álbumes” los cuales no estaban protegidos, Harry inmediatamente comenzó a leer los títulos y uno llamo su atención en específico.
“Vacaciones con Greg”
En cuanto comenzó a ver las fotos no podía evitar sentir aquella sensación en el estomagó, ahí estaba ella, en un precioso bikini color amarillo brillante. Tenía un cuerpo tan perfecto, tan precioso y sensual. Aunque el álbum decía Greg, la mayoría eran fotos de Lexy y mientras la veía en aquel bikini y poses sensuales mirando directamente hacia la cámara, sentía que lo estaba mirando a él. A nadie más. Que aquellas sonrisas. Aquellas miradas coquetas y poses de diosa eran dirigidas para él. Querían que fueran para él.
Aquellos besos que a aventaba hacia la cámara, los quería recibir él
Entonces empezó a notarlo. Su miembro cada vez más y más duro. No podía evitarlo. Estaba teniendo una jodida erección viendo simplemente sus fotos.
Cerró la notebook de golpe y se dejó caer la espalda en respaldo de la silla, echando su cabeza hacia atrás y masajeando su cabeza desesperadamente despeinando aún más el enredo en su cabello.
— ¿Qué mierda está pasando conmigo? 

***
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2 comentarios:

  1. No me importa si es en wattpad o aquí o en disneylatino...Eres la mejor y te seguiré leyendo (; SOY TU FAN.
    PD:Muero con el profe Styles.
    Como diría Gossip Girl: xoxo!!!

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  2. Cada cuanto tiempo subirás capítulos??
    Amo tu novela *-*

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